viernes, 16 de julio de 2010

Una de piratas

No gritando, ni sollozando, vi el miedo en sus ojos. Sentía como recorría cada lágrima su rostro empañado por sal marina del Atlántico, y cómo sus cabellos servían para limpiar las legañas en los ojos cansados de su hijo. El padre miraba a su familia, con cara de culpabilidad, años de soledad entre barrotes, ahora aprobechados para hacer política, la política de los piratas y bucaneros. Robe una persona, y crease salvador de almas situadas en el limbo de lo político.

Llegando a tierras hostiles, de culturas varias, pero estupidez unificada al mando de un único patrón de barcos, camina por las angostas calles de la capital, entrando y saliendo por las antiguas tabernas, escuchando guitarras y cantes por guajiras, que le hacen recordar su tierra, una tierra empañada por la pena, por el dolor, una tierra jamás inventada en sus antiguas historias infantiles.

Se levanta por la mañana, el día glorioso le espera, le darán una identidad en este mundo. Va hablándole a su familia, sobre la libertad, la democracia, todo lo que en su tierra quiso tener, y solo un barco le ha podido regalar. Llegan al recinto, situado en el centro, le hacen preguntas, todas insignificantes, nombre, número de familiares, etc. En una de esas mientras espera en una salita mugrienta, que parece adivinar cual fue su pasado, se abre una puerta dejando entrar la claridad, un leve rayo de luz, que adivina un futuro mejor. Se levanta, mirando al suelo, para no deslumbrarse, y poco a poco mira directamente a la figura que tiene delante, es el sueño, con cara triste y afligida, no dice nada, simplemente va con una nota en el pecho, clavada con un alfiler, como si de un muñeco budoo se tratara.

El hombre arranca la nota, y lee la sentencia, el tan ansiado asilo político no le es concedido, ahora su suerte depende de la voluntad de extraños, que habiéndole enseñado el dorado, ahora le muestran un nuevo limbo. Nunca volverá a su tierra, sabe que se acabaron sus sueños, deja que su expresión se entristezca,no tiene ganas de seguir viviendo contento. La raza de los hombres ha escrito un nuevo manifiesto, se hipócrita, falso, soez, ratero, ludópata, mentiroso...pero ante todo nunca seas sincero.

2 comentarios:

  1. Cuando me preguntan por mis defectos, suelo decir que la sinceridad es uno de ellos.
    Es algo totalmente contrario al ser humano, es algo que daña tanto al poseedor como al que la ve en tercera persona.
    A joderse tocan.

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  2. Yo me apunto a ese defecto, y al de reconocer tener temor por algunas cosas, que nunca serán relatadas, de lo absurdas que son xD

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