miércoles, 27 de octubre de 2010

Su Trainspotting

La desesperación le consumía, llevaba 4 días sin pillar nada, se había preparado una tortilla y una ensalada de tomates, mientras, veía la televisión, estaban echando trainspotting, se sentía capaz de lograrlo aunque su estado era penoso, vómitos, temblores...nada parecía mejorar, pero había leído lo suficiente como para saber que se estaba limpiando; le dolía todo el cuerpo, cada gesto era una batalla interna, podría levantarse e ir a por un par de gramitos, ya sabéis dosificar el mono, pero algo en su interior le decía que no. Dios, pensaba, si hubiera guardado un poco, quizás debería dejar la droga de forma gradual, no sabía si engancharse a otra, su mente le estaba ganando la partida, no podía controlarla. Mientras cogía el salero, un sonido repentino saliente del televisor, le provocó que se le cayera y derramara todo por la mesa. Hay estaba todo desparramado, su cabeza le zumbaba, el cerebro se inflaba cada arteria parecía a punto de reventar, de repente, lo veía todo más claro, el substitutivo lo tenía delante, estaba justo delante, de repente va a por la tarjeta del psicólogo que le había asignado en esta travesía, y se dispone a preparar una raya, y otra; mira su trabajo, excelente piensa, digno del mejor yonki. De repente en un gesto brusco y precipitado, apura un tras otras las rayas preparadas... ... ... Un leve levantamiento de cabeza una aspiración, y al suelo.

Dos días después lo encontraron muerto, intentó dejar las drogas, pero la sal lo había matado.